Cada vez que oigo "¿vamos al mar?" por mi muchacho quiero suicidarme. No quiero seguir estando en en esta cama acostada como una gorda osa, quiero movilizarme, correr, nadar y bailar.
Tiempo atras nadie me habia dicho que de grande iba a terminar así, acostada en una cama sin poder caminar. Toda mi vida fue una locura. Tanto movimiento me dejaba siempre cansada, pero al ser joven terminaba haciendo muchas cosas, moviendome, saltando, bailando.
Ahora es todo mucho mas facil. Nada puedo hacer. Me quedo mirando el mar quieto desde mi cama con mi muchacho.
Momentos en los que ya no se qué más pedir.
Mis lágrimas recorren un cuerpo helado, piden que vuelvas a mi.
La sonrisa que me das es tan superficial, no te creo.
La mágica sensación que brindo es tan pura como mi imaginación,
recorres mi piel, la oles y de pronto te alejas.
Volvemos al principio, ya no es lo mismo.
mas viva que nunca digo lo que siento y descubro nuevas sensaciones.
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